Según los estudiosos de la gastronomía Asiática, se dice que el Satay pudo haber tenido su orígenes en Indonesia, no obstante este sabroso platillo se ha extendido por todo el Sur Este de Asia y es parte de muchas cocinas en esa región del mundo.
La influencia Árabe del principios del siglo 19 deja claro que la mezcla de especies de oriente transforman algo sumamente simple en un plato de impresionantes sabores y texturas.
El Satay (de color amarillo en su mayoría) tiene una gran variedad de esas especies, dentro de las que se encuentra el Turmeric, principal actor de este intenso e inigualable color que caracteriza a este platillo.
Se acostumbra servir con una salsa picante de tamarindo y maní que no deja nada a la imaginación.
El pepino crudo es también un elemento infantable en este festín de colores y aromas.
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